Después de lo que les conté cuando llegué a Santiago, procedo a narrar los lugares visitados los siguientes días. Después de pasar una noche en un hotel frente al cerro de Santa Lucía me dispuse a abordar por la mañana el metro en la estación del mismo nombre con dirección a la estación Universidad de Santiago. Una vez ahí tomé un ligero almuerzo y compre mi boleto con dirección a Viña del Mar, la verdad es que el servicio de autobuses en Santiago es excelente, muy limpio y de calidad, además de un buen precio, me parecía un poco más barato que en la ciudad de México.
Después de un viaje de poco más de una hora, llegué a la estación de Viña del Mar. Era el mes de agosto, así que en Chile era invierno, pero la temperatura era agradable. Me dirigí a casa de unos amigos y en el trayecto pude apreciar las playa y a lo lejos ver el puerto de Valparaíso. Después de instalarme dimos un paseo por la playa y regresamos a la casa de mis amigos para comer y descansar.
El siguiente día nos dirigimos al puerto Mont, para conocer un poco más de la historia de Valparaíso y sus lugares. Estuvimos en la plaza principal y nos dirigimos a uno de sus famosos elevadores para apreciar la pequeña villa de Valparaíso.
Después de una larga caminata conociendo la ciudad, teníamos un poco de hambre y sed, así que pasamos a una agradable terraza donde degustamos un pisco sour. Curioso pero toda la gente en Chile dice que el pisco es original de Chile, y los pocos peruanos que conozco dicen lo mismo pero de Perú.
Fue un día esplendido y la gente chilena me parece de lo más simpática, el sistema de transporte metro en Valparaíso es muy lindo, con vista al mar; una ciudad pequeña con mucho encanto.
El siguiente día, me dirigí a Algarrobo, un lugar cercano donde se encuentra una de las casas de Pablo Neruda llamada la isla negra; es un lúgar frío con mucha niebla, pero no por eso deja de ser agradable. Ahí se muestran los ornamentos del escritor y su peculiar estilo de vida. Es una enorme construcción con vista al mar, muy acogedora.
Dentro de la casa hay una pequeña cafetería que sirve unas tartas de manzana espectaculares. Después de degustar una tarta y un espresso, me puse a apreciar el lugar; ahí mismo se encuentra una especie de monumento donde descansan los restos del escritor y su esposa.
Después de ahí, me dirigí al valle del Maipó, para conocer una cava tradicional en medio de un enorme viñedo. Si les gusta la cultura vitnivinícola, vale la pena aprender de cada región productora del preciado elíxir.
A pesar de haber sido una visita express, Chile me encantó y tengo ganas de regresar para conocer el sur y el Valle de San Pedro Atacama.
Pero ya en otro apartado de este blog les platicaré!!